En el recurso gubernativo interpuesto por el Procurador de los
Tribunales, don Javier Jesús Valenzuela Romero, en nombre y representación
de doña Ana y doña Amparo Escobar Estepa, contra la negativa del
Registrador de la Propiedad de Posadas, don Manuel Fuentes del Río, a inscribir
un testimonio recaído en expediente de dominio.
Hechos
I
El Procurador de los Tribunales don Javier Jesús Valenzuela Romero,
en nombre y representación de doña Ana y doña Amparo Escobar Estepa,
promovió expediente de dominio sobre la finca registral 815 de
Hornachuelos, al objeto de reanudar el tracto sucesivo, alegando que sus
representadas eran dueñas por partes iguales de la finca antes dicha, pues,
si bien adquirieron su participación por contrato de compra privado del
titular registral, carecían de título inscrito. Con fecha 31 de mayo de 2001
el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de los de Posadas,
dictó auto recaído en Expediente de Dominio seguido en dicho Juzgado,
bajo el número 62/00, auto que devino firme, en el que declara a favor
de las promotoras el expediente doña Ana y doña Amparo Escobar Estepa
el dominio de partes determinadas de la finca registral 815 de
Hornachuelos.
II
Presentado testimonio del anterior auto en el Registro de la Propiedad
de Posadas fue calificado con la siguiente nota: "Con fecha 15 de marzo
de 2002 fue presentado en este Registro el precedente documento. Previa
calificación desfavorable del mismo, de conformidad con el artículo 18
de la Ley Hipotecaria, se suspende la inscripción solicitada en base a
los siguientes fundamentos de derecho: 1) No ser el expediente de
dominio el medio adecuado para la inscripción registral pretendida al no existir
en este caso interrupción del tracto sucesivo, ya que los promotores del
expediente adquirieron directamente del titular registral de las
participaciones determinadas de la finca respecto de las que se promueve el
mismo don José E. R., de acuerdo con los artículos 201 y siguientes de
la Ley Hipotecaria y concordantes de su Reglamento, así como la reiterada
doctrina de la Dirección General de los Registros y del Notariado
(Resoluciones de 5 de julio de 1991, 1 de junio de 1996, 7 de julio de 1997
y 7 de enero de 2000 ...). 2) No resultar del testimonio las circunstancias
personales de los promotores del expediente que solicitan la inscripción
a su favor en el momento de su adquisición, de conformidad con los
artículos 9 de la Ley Hipotecaria y 51 de su Reglamento. 3) La participación
determinada descrita en la parte dispositiva del auto con el número cinco,
esto es, otra habitación en la planta alta que es la segunda existente a
la izquierda subiendo por la escalera del primer patio, figura inscrita a
favor de don José E. R., sólo en nuda propiedad, constando inscrito el
usufructo vitalicio de la misma a favor de doña Tránsito B. R., sin que
se haya acreditado el fallecimiento de la misma, por lo que no es posible
reanudar el tracto sucesivo respecto del pleno dominio de dicha
participación por falta de previa inscripción de la misma a favor de la persona
respecto a la que se pretende indicada reanudación. Contra esta nota
de calificación, se podrá interponer recurso ante la Dirección General
de los Registros y del Notariado, en el plazo de un mes desde su notificación,
en la forma y por los trámites previstos en los artículos 322 y siguientes
de la Ley Hipoteca. Posadas a 26 de marzo de 2002. El Registrador". Firma
ilegible.
III
Don Javier Jesús Valenzuela Romero, en nombre y representación de
doña Ana y doña Amparo Escobar Estepa, interpuso recurso gubernativo
contra la anterior nota y alegó: Que en cuanto al defecto tercero de la
nota el usufructo al que se alude se encuentra cancelado de derecho según
Calificación Favorable del Registro de la Propiedad de Posadas de fecha 30
de noviembre de 1999. habiéndose inscrito tal cancelación mediante la
inscripción 17 de la finca 815. Que con respecto al defecto primero de
la nota, siguiendo la doctrina del Registrador de la Propiedad Jaime
Concheiro del Río, y partiendo que el artículo 286 del Reglamento Hipotecario
impone la obligación de que el auto aprobatorio del expediente de dominio
ordena la cancelación de las inscripciones contradictorias, y se considera
que en el caso objeto de debate la inscripción, por proceder directamente
del titular, no es contradictoria, se concluiría que no podría realizarse
la misma por quebrantar los artículos 1, 40, 82, etc. de la Ley Hipotecaria
sin embargo, y siempre siguiendo la tesis de una parte de la doctrina,
se considera que el artículo 286 Reglamento Hipotecario se ha
extralimitado, y que en realidad no hay por que practicar las expresadas
cancelaciones. En efecto, el precepto indicado debe interpretarse en el sentido
que las inscripciones contradictorias queden sin efecto, debido a producirse
un cambio en la titularidad registral sin que, salvo los supuestos en que
la adquisición proceda directamente del titular registral, pueda hablarse
de inscripción adquisitiva de una finca. En los otros supuestos, no existirá
nexo de titularidad entre la inscripción primera y la que es producto
de la reanudación del tracto (Resolución de Dirección General de los
Registros y del Notariado de 5 de julio de 1991, Sentencia de la Audiencia
Provincial de Ciudad Real de 19 de junio de 1989 y de la Audiencia
Provincial de Madrid de 28 de octubre de 1996). Que el expediente de dominio
no debe limitarse a aquellos supuestos en que se produzca una plena
ruptura del tracto, sino también a aquellos otros en que se produce una
carencia de título inscribible, sin que en este caso resulte necesario acudir
al juicio ordinario, sobre todo si se parte de la base de que dentro del
expediente de dominio se regulan las garantías de defensa para los titulares
registrales, a través de las oportunas notificaciones, como ocurre en el
caso objeto de recurso., habiéndose practicado las citaciones
correspondientes, salvo la del último titular registral, que al ser de quien traen
causa, y hallarse fallecido, habría de serlo en sus causahabientes, dándose
la circunstancia de que tales resultan ser las propias promotoras. Por
consiguiente, y no vulnerándose derecho a defensa de terceros interesados,
no existiendo otra forma de subsanar la ausencia de título válido
inscribible, por los motivos expuestos, y por razones de economía procesal,
a fin de hacer más efectiva la tutela judicial, procede, declarar como
validado el título esgrimido en el Expediente de Dominio, e inscribirlo en
el Registro de la Propiedad, a salvo del derecho de terceros ignorados
a hacer uso de las acciones que pudieran corresponderles, a través de
los tribunales ordinarios. Que por lo que hace referencia al defecto segundo
la calificación que se recurre, nada se puede obstar, puesto que el mismo
se trata de un defecto material y por ende subsanable en la redacción
del auto aprobatorio, dado que en la demanda que se formuló si se hicieron
constar las circunstancias personales de las promotoras, las cuales
adquirieron las partes determinadas cuyas inscripción se pretendió, en estado
de solteras y por compraventa privada hace más de treinta años.
IV
El Registrador en su informe de defensa de la nota argumentó lo
siguiente: Que como cuestión previa de carácter procesal, relativa a la legitimación
activa para la interposición del recurso gubernativo, el Registrador aprecia
una posible falta o defecto en la representación invocada por el firmante
del recurso gubernativo, don Javier Jesús Valenzuela Romero, pues de
los antecedentes que obran en el Registro no resulta tal representación,
ni tampoco resulta acreditada. Que con respecto al defecto tercero de
la nota, resulta cierta la aseveración de recurrente de que tal derecho
de usufructo ya ha sido cancelado por la inscripción 170 de dicha finca.
Que por lo que hace referencia al primer defecto de la nota pone el acento
el recurrente en la no necesidad de cancelar en el caso objeto de recurso
inscripciones contradictorias y de no ser necesario en el caso concreto
la citación a los causahabientes del titular registral, por ser las promotoras
del propio expediente, ambas cuestiones, nada tienen que ver con el defecto
puesto de manifiesto por la nota de calificación. De los dos presupuestos
que justifican el expediente de dominio como medio extraordinario y
excepcional -falta de un título hábil para acceder al Registro y la interrupción
del tracto sucesivo, presupuestos que han de darse acumulativamente y
no alternativamente-, se produce en el presente caso el primero, no así
el segundo. En efecto, del propio auto resulta que las promotoras invocan
como título adquisitivo el de compraventa privada celebrada con su padre
y titular registral de dichas participaciones. La necesidad de la interrupción
del tracto sucesivo viene proclamada por el propio enunciado del
Expediente y por artículo 200 de la Ley Hipotecaria. Reanudar, implica ruptura
o corte previo, pérdida de un eslabón en la cadena de transmisiones de
la finca recogidas en su historial jurídico registral. En el presente caso
no hay tal. La reiterada doctrina de la Dirección General de los Registros
y del Notariado también proclama la exigencia de tal interrupción de tracto
(Resoluciones de 16 de julio de 1973, 29 de agosto de 1983, hasta las
más recientes de 30 de noviembre de 2000, 19 de enero y 27 de julio
de 2001, o finalmente la de 4 de enero de 2002) y en las que se expresa
la triple razón en que se basa la excepcionalidad del expediente de dominio,
que justifica una comprobación minuciosa del Registrador del
cumplimiento de los presupuestos y requisitos del mismo a fin de evitar el abuso
de este cauce para eludir el cumplimiento de las formalidades que para
los supuestos de tracto ordinario, entre las que se encuentra la exigencia
de formalización en título hábil para su acceso al Registro del negocio
jurídico adquisitivo, lo que obliga a una interpretación restrictiva de las
normas reguladoras del expediente de dominio en su aplicación a la
reanudación del tracto sucesivo interrumpido y de las que resulta esencial
(Sentencia de la Audiencia Provincial de Ciudad Real de 19 de junio
de 1996). En relación con la falta de título hábil para que el negocio jurídico
pueda acceder al Registro, falta de titulación formal, segundo presupuesto
que justifica, en unión del anterior, la utilización del expediente de dominio
para acceder al Registro, tal falta de titulación formal puede subsanarse
mediante el otorgamiento de la correspondiente escritura pública de
protocolización o ratificación del contrato privado celebrada entre el titular
registral, o sus herederos si hubiere fallecido, y las promotoras del
expediente. No cabe alegar razones de economía procesal, cuando el
otorgamiento de la correspondiente escritura pública constituye un medio más
barato y rápido que la vía elegida del expediente de dominio. Que por
lo que respecta al segundo defecto es exigencia del principio de especialidad
o determinación en el ámbito subjetivo, reflejado por los artículos 9 de
la Ley Hipotecaria y 51 de su Reglamento. Tales circunstancias, señala
el recurrente, se omiten en el Auto sometido a calificación, si bien fueron
aportadas al órgano jurisdiccional que dictó el auto. El Registrador no
puede apreciar unas circunstancias que, por no contenidas en el documento
calificado, ni resultar de los antecedentes del Registro, no ha tenido a
la vista. Que, por otra parte, de conformidad con el artículo 326 de la
ley Hipotecaria el recurso gubernativo no puede acoger pretensión basada
en documentos no presentados en tiempo y forma a calificación.
Fundamentos de Derecho
Vistos los artículos 999, 1.279 y 1.280 del Código Civil; 3, 20, 40, 82,
198, 200, 201 y 202 de la Ley Hipotecaria; 100, 117 y 209.1 de su Reglamento
y las Resoluciones de 30 de mayo de 1988, 21 de junio y 5 de julio de
1991, 21 de enero de 1993, 22 de mayo de 1995, 1 de junio de 1996,
10 de diciembre de 1998 y 25 de febrero, 13 de abril de 1999, 18 de
marzo de 2000 y 4 de enero de 2002.
1. No recurrido uno de los defectos y reiterado el otro por el
Registrador, el único problema que se plantea en el presente recurso es el
de si en virtud del auto recaído en expediente de dominio para la
reanudación del tracto sucesivo interrumpido, pueden inscribirse
determinado inmueble a favor de personas que lo han adquirido por compra al
titular registral.
2. Es doctrina reiterada de este Centro Directivo que el auto recaído
en expediente de dominio es un medio excepcional para lograr la
inscripción de una finca ya inmatriculada a favor del promotor, y ello por
una triple razón, a) Porque contra la regla básica de nuestro sistema
que exige para la rectificación de un asiento el consentimiento de su titular
o una resolución judicial dictada en juicio declarativo contra él entablado
(cfr. artículos 1, 40 y 82 de la Ley Hipotecaria), dicho auto puede provocar
la cancelación de un asiento sin satisfacer ninguna de esas dos exigencias;
b) Porque, contra la presunción, a todos los efectos legales, de existencia
y pertenencia del derecho inscrito a favor del titular registral (cfr.
artículo 38 de la Ley Hipotecaria), se va a posibilitar una declaración dominical
contraria al pronunciamiento registral en un procedimiento en el que no
ha de intervenir necesariamente el favorecido por dicho pronunciamiento,
y de ahí que el propio artículo 40 a) de la Ley Hipotecaria contemple
este cauce como subsidiario de la inscripción de los titulares
intermedios. c) Porque contra la exigencia de acreditación fehaciente del título
adquisitivo para su acceso al Registro (cfr. artículos 2 y 3 de la Ley
Hipotecaria), se posibilita la inscripción en virtud de un auto que declara la
exactitud del título adquisitivo invocado por el promotor, siendo así que
dicho título puede estar consignado en un simple documento privado,
como ocurre en este caso, y que tal auto recae en un procedimiento en
el que puede no quedar asegurado el legítimo reconocimiento de aquel
documento privado por sus suscriptores (cfr. artículos 1.218 y 1.225 del
Código Civil, 602 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 201 reglas
3.a y 4.a de la Ley Hipotecaria). Esta excepcionalidad justifica una
comprobación minuciosa por parte del Registrador del cumplimiento de los
requisitos y exigencias legalmente prevenida, a fin de evitar la utilización
de este cauce para la vulneración o indebida aprobación de derechos de
terceros (al permitir una disminución de las formalidades que en los
supuestos ordinarios se prescriben, precisamente para la garantía de
aquellos, como por ejemplo la exigencia de formalización pública del negocio
adquisitivo para su inscripción registral), o para la elusión de las
obligaciones fiscales (las inherentes a las transmisiones intermedias, etc.).
Se impone por tanto una interpretación restrictiva de las normas
relativas al expediente de reanudación del tracto y en especial de las que
definen la propia hipótesis de interrupción de tracto, de modo que sólo
cuando efectivamente concurra esta hipótesis y así resulte del auto
calificado, puede accederse a la inscripción. Ahora bien, llegados a este punto,
no puede decirse que exista efectiva interrupción del tracto cuando los
promotores del expediente son los compradores del titular registral, pues,
si bien es cierto que el artículo 40 a) de la Ley Hipotecaria parece
presuponer que hay interrupción cuando al menos "alguna" relación jurídica
inmobiliaria no tiene acceso al Registro, cuando la inscripción puede
llevarse a cabo mediante la elevación a público del correspondiente
documento privado, el expediente de dominio debe rechazarse pues no sería
sino una vía, bien para evadir impuestos, bien para burlar el cumplimiento
de la forma legalmente establecida.
Esta Dirección General ha acordado desestimar el recurso interpuesto.
Contra esta resolución los legalmente legitimados pueden recurrir
mediante demanda ante el Juzgado de lo civil de la capital de la Provincia
del lugar donde radica el inmueble, en el plazo de dos meses desde su
notificación, siendo de aplicación las normas del juicio verbal, todo ello
conforme a lo establecido en los artículos 325 y 328 de la Ley Hipotecaria.
Madrid, 24 de septiembre de 2002.-La Directora general, Ana
LópezMonís Gallego.
Sr. Registrador de la Propiedad de Posadas.
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