1. El artículo 15.1 de la Ley 18/2019, de 8 de abril, de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears, otorga a los consejos insulares la potestad de declarar en sus respectivos territorios bienes de interés cultural inmaterial, y prevé que la incoación del procedimiento correspondiente corresponde al órgano competente de cada consejo insular, que puede hacerlo por iniciativa propia, a propuesta de los órganos consultivos en materia de patrimonio cultural inmaterial o a instancia de otra administración pública, comunidad, grupo o persona.
2. El Consejo Executivo del Consell Insular de Menorca, en la sesión de día 25 de julio de 2022, ratificó la Resolución número 143 dictada por el consejero de Cultura, Educación, Juventud y Deportes día 30 de junio de 2022, de incoación del expediente para declarar la glosa menorquina como bien de interés cultural inmaterial de Menorca (exp. 2109-2022-000001), según acuerdo publicado en el BOIB número 103 de 6 de agosto de 2022.
3. El 3 de agosto de 2022 se notificó el acuerdo de incoación y se dio audiencia a las entidades vinculadas al bien que se quiere declarar: la asociación Soca de Mots, así como a los ayuntamientos de todos los municipios de Menorca.
4. En la misma fecha se notificó el acuerdo de incoación a la Consejería de Fondos Europeos, Universidades y Cultura del Govern de les Illes Balears y se recabó del Consejo Asesor del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears, de la Comisión Asesora del Patrimonio Cultural Inmaterial de Menorca y del Instituto Menorquín de Estudios el informe preceptivo sobre la incoación del expediente, previsto en el artículo 15.7 de la Ley 18/2019, de 8 de abril, de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears.
5. En el periodo de consulta pública y trámite de audiencia a los interesados en el expediente no se produjo alegación alguna.
6. Con fechas de 5 de agosto de 2022 y 10 de agosto de 2022, respectivamente, los ayuntamientos de Alaior y Sant Lluís formalizaron su adhesión a la declaración de la glosa menorquina como bien de interés cultural inmaterial de Menorca.
7. Con fechas de 19 de octubre de 2022, 27 de octubre de 2022 y 22 de diciembre de 2022, respectivamente, la Comisión Asesora del Patrimonio Cultural Inmaterial de Menorca, el Consejo Científico del Instituto Menorquín de Estudios y el Consejo Asesor del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears han emitido sendos informes favorables a la declaración de la glosa menorquina como bien de interés cultural inmaterial de Menorca.
8. La Consejería de Fondos Europeos, Universidades y Cultura ha comunicado la anotación preventiva de la glosa menorquina en el Registro de Bienes de Interés Cultural de las Illes Balears con el código 07032-3-3-0-3134.
9. Asimismo, el Ministerio de Cultura y Deportes ha comunicado que el bien se ha inscrito en el Registro General de Bienes de Interés Cultural con el código de identificación 30402.
10. El artículo 15.7 de la Ley 18/2019, de 8 de abril, de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears, establece que la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial debe adoptarse por acuerdo del Pleno del consell insular que corresponga.
El Pleno en sesión de carácter extraordinario de fecha 23 de enero de 2023 adoptó por unanimidad los siguientes acuerdos:
Declarar Bien de Interés Cultural Inmaterial de Menorca (BICIM) a la glosa menorquina de acuerdo con la descripción de sus elementos y características que se adjunta como anexo y forma parte integrante del presente acuerdo. Los efectos de esta declaración son los que establecen la Ley 18/2019, de 8 de abril, de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears, y la normativa concordante.
Notificar el acuerdo de declaración de la glosa menorquina como BICIM a todos los ayuntamientos de Menorca y a la asociación Soca de Mots.
Notificar el acuerdo de declaración a la Fondos Europeos, Universidades y Cultura del Govern de las Illes Balears, a efectos de su inscripción definitiva en el Registro de Bienes de Interés Cultural, con especial mención de la información que se debe remitir al Registro del Ministerio de Cultura y Deportes.
Realizar la anotación correspondiente en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Menorca.
Publicar los acuerdos anteriores en el «Boletín Oficial de las Islas Baleares» y en el «Boletín Oficial del Estado».
Lo cual se comunica por general conocimiento y para que tenga los efectos que correspondan, al tiempo que se hace saber que contra el acuerdo precedente, que pone fin a la vía administrativa, se pueden interponer los siguientes recursos:
– En el plazo de un mes a partir del día siguiente de la publicación de este edicto en el «Boletín Oficial de las Islas Baleares», recurso potestativo de reposición ante el Pleno. Este recurso se entenderá desestimado si no se ha notificado la resolución cuando haya transcurrido un mes desde su interposición. Contra la desestimación por silencio del recurso de reposición se puede interponer recurso contencioso-administrativo ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Palma.
– En el plazo de dos meses a partir del día siguiente de la publicación de este edicto en el «Boletín Oficial de las Islas Baleares», recurso contencioso administrativo ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Palma siempre que no se hubiera interpuesto recurso potestativo de reposición, dado que en este caso habrá que esperar a que se dicte resolución.
Todo ello sin perjuicio de que pueda utilizarse cualquier otro recurso que se considere procedente en derecho.
Todo lo anterior se ajusta a la Ley 29/1998, de 13 de julio, que regula de la jurisdicción contencioso-administrativa, ya la Ley 39/2015 de 1 de octubre del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.
Por último, procede indicar que la interposición de los recursos pertinentes no suspende la eficacia de la resolución impugnada ni interrumpe los plazos que se puedan derivar, salvo que la autoridad competente lo acuerde expresamente.
Maó, 27 de enero de 2023.–La Secretaria, Rosa Salord Oleo.
1. Denominación
La glosa menorquina.
2. Tipología del bien
Inmaterial: Tradiciones orales, particularidades lingüísticas i formas de comunicación.
3. Objeto de la declaración
El objeto de la declaración como bien de interés cultural inmaterial de Menorca es la salvaguarda de la glosa, como composición oral improvisada típica de Menorca, y el glosat como acto público en el que dos o más glosadores establecen una especie de diálogo en el que ponen a prueba su ingenio y su capacidad de improvisación para crear glosas sobre los temas que van surgiendo a lo largo de la sesión.
Asimismo, se incluyen en el objeto de la declaración los diferentes tipos de glosa que existen en Menorca, la tonada que acompaña a los glosados (Ses porgueres) y los instrumentos con los que se interpreta ésta. Todo ello, sin perjuicio del uso de otras tonadas y formas textuales, pasadas, actuales o futuras que puedan usar los glosadores y que entran en las dinámicas del glosat en el momento de la declaración del bien.
4. Descripción general del bien
La glosa cantada menorquina es una composición oral improvisada, de al menos seis versos (mots) heptasilábicos de rima normalmente consonante. La rima más común es abbaab, y siempre se va alternando cada dos palabras, con la característica de que, entre los dos versos iniciales y los dos finales, no puede haber tres versos seguidos con la misma rima. La glosa cantada va siempre con un acompañamiento musical de guitarra.
El glosat es el acto público en el que un número de al menos dos personas se van alternando para cantar las glosas que van improvisando. En cuanto a la estructura del glosat, es habitual que el orden de intervención de los glosadores se mantenga invariable a lo largo de la velada. Sin embargo, a raíz de los temas que se traten o de las interpelaciones entre glosadores, este orden puede verse ocasionalmente alterado. Y, en cuanto al espacio, la glosa cantada se desarrolla actualmente en escenarios y actuaciones públicas o formales, casas particulares y predios en eventos familiares, y en tabernas o bares, aunque en algunas ocasiones se ha trasladado a contextos más innovadores como una sala de exposiciones, muestras gastronómicas, etc.
5. Pertenencias del bien
El bien inmaterial de la glosa menorquina lo conforman los siguientes elementos:
a) La glosa cantada improvisada.
b) El glosado.
c) La pieza musical que acompaña a los glosats, llamada «Ses porgueres».
d) Los instrumentos con los que se acompaña la tonada.
e) La glosa escrita.
f) La comunidad portadora: los glosadores y las glosadoras.
g) El léxico propio relacionado con la práctica de este bien.
6. Memoria histórica del bien
Es difícil determinar los orígenes de la glosa. En este sentido, Joan F. López Casasnovas, en su artículo «Poesía popular: los glosadores de Menorca» (2007), dice que «Los poetas orales debieron de aparecer durante la prehistoria y desde entonces han existido sin solución de continuidad, hasta a nuestros días». Aina Tur, en su trabajo La glosa menorquina (análisis contemporáneo del glosado y los glosadores) (2013) afirma que «esta vertiente oral de la cultura ha acompañado al hombre casi desde que el lenguaje se desarrolló como medio de comunicación que es y, por extensión, como herramienta indispensable que dotó al hombre de la capacidad de pensamiento». La glosa menorquina es, pues, un tipo de comunicación popular que viene de antiguo y que Menorca comparte con numerosos lugares y culturas de todo el mundo que tienen formas de poesía improvisada emparentadas con la glosa.
Las primeras referencias documentadas de la existencia de la glosa en la isla se remontan al siglo XVIII, concretamente a través de la figura de José Vivó Parpal (1725-1791), que ha pasado a la historia por ser el primer glosador menorquín conocido con nombre y apellidos. Sabemos de su existencia porque lo cita, da ciertos datos biográficos y recoge algunas de sus glosas Francesc Camps Mercadal en su conocido trabajo Folklore Menorquí (De la pagesia) (1918). Parece ser que Josep Vivó era herrero, tuvo una vida muy humilde y su vejez estuvo marcada por una enfermedad de temblor corporal, probablemente la que hoy conocemos como enfermedad de Parkinson. Se sabe también que su hija, Paula Vivó Miret Vivona, fue glosadora alguna vez; es, por tanto, la primera mujer de la que se tiene noticia de que practicó este arte en la isla. Es gracias a ella que conocemos la obra de su padre, ya que hizo el trabajo de documentarla, lo que es muy meritorio si tenemos en cuenta que por aquel entonces las mujeres tenían muy pocas oportunidades de acceso a la educación y a participar en actos públicos, como los glosats.
Sin embargo, estudios recientes apuntan a la posibilidad de que en el siglo XVII ya existiera la costumbre de glosar. Así lo hace pensar una causa del Tribunal de la Inquisición de 1683 contra Jaume Antoni Picó recogida por Ramon Rosselló i Vaquer (1982) en el libro Menorca davant la Inquisició. En esta causa se le inculpaba de haber participado en un juego de entretenimiento en el que uno decía que quería ser Cristo y Jaume dijo que querría ser judío para crucificarlo, en el que bien podría tratarse de un asunto de una sesión de glosat, aunque de momento se trata solo de una hipótesis.
En la segunda mitad del siglo XIX, el archiduque Luis Salvador de Austria, en su Die Inseln Menorca del Die Balear en Worth und Bilt Geschildert (1890-1891), en el volumen dedicado a Menorca (1890), hace referencia a las glosas, y la idea que transmite es que era un fenómeno vivo y muy popular en las zonas rurales de la isla. En contraposición, Ángel Ruiz y Pablo, en el articulo Per fer gana. Caldereta d’articles menorquins (1895), asegura que «[...] avui en dia no se'n fan de glosats; i si se'n fan, no ho sentim a dir es qui habitam a ses ciutats; però abans, abans d'entrar Menorca en el concierto de la civilización y el progreso, se'n feien moltes vegades». Estudios más recientes, sin embargo, rebaten esta afirmación. Aina Tur, en su estudio antes referido La glosa menorquina (2013), niega la desaparición del glosado a finales del siglo XIX, todo lo contrario, afirma que desde el siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XX, logró sobrevivir de manera bastante satisfactoria, aunque tuvo que adaptarse a los cambios sociales, económicos y culturales impuestos por el transcurso de la historia.
Los investigadores coinciden en que la glosa menorquina se desarrollaba sobre todo en el ámbito rural, ya que los oficios más habituales de los glosadores más conocidos de antaño han estado relacionados con trabajos del campo, como los de payés, herrero o aperador. Al finalizar la jornada laboral, se reunían entorno de una mesa para glosar y pasar la velada. La glosa improvisada surge, pues, como un divertimento de los menorquines de antaño con el que llenaban los momentos en que no trabajaban o los momentos de ocio, como las matanzas, las mesurades, el carnaval o cualquier velada de la gente del campo con motivo de una fiesta campesina. En este contexto, la glosa pasa a los pueblos y los glosadores se convierten en los portadores de las noticias, ya que explican todo lo que saben que ha sucedido yendo de un pueblo a otro. De este modo, la glosa traspasa los límites de la ruralía y se convierte en una fuente de información de los menestrales en las tabernas de los pueblos.
Además de ser un medio de transmisión de noticias, la glosa improvisada se convierte en un entretenimiento a través del cual se pone a prueba la agudeza y la capacidad de respuesta rápida de los glosadores que, siempre de forma improvisada, comentan en glosa un tema de interés, noticias del momento o eventos familiares o sociales, y siempre acompañados de una guitarra. Si hoy en día el protocolo de una sesión de glosat sigue unas pautas muy estrictas, no siempre ha sido así. Antes era bastante habitual que en un momento dado los glosadores empezaran «a hacer asuntos», que eran unos glosats en los que cada glosador asumía un rol, un personaje, y entre todos iban narrando una historia improvisada. Por otra parte, no había un orden de intervención prefijado, sino que cada glosador lo hacía cuando quería o cuando podía, porque todos querían intervenir cuantas más veces posible y ello les estimulaba a ser rápidos e ingeniosos.
Tradicionalmente, la costumbre de glosar era transmitida oralmente de generación en generación en los ámbitos rural y urbano, y en esta transmisión jugaban un papel muy importante las mujeres, que las iban repitiendo en su día a día, mientras realizaban tareas domésticas o en las veladas, cuando se reunía la familia. Las mejores glosas eran retenidas en la memoria de la gente y algunas de ellas han sido publicadas después –es el caso, entre otras, de las recogidas en el Folklore Menorquí (De la pagesia) (1918) de Francesc Camps i Mercadal–. Gracias a estos testimonios, disponemos hoy de algunas informaciones y conservamos algunas de las glosas de los glosadores más recordados de antaño.
De los dos últimos siglos podemos referirnos a glosadores como Josep Reixart i Mora, mestre Bep Manxa (1843-1915); Sebastià Alzina; Francesc Borràs es Casolà; Llorenç Pons Sintes en Barato (1882); Pere Villalonga Timoner en Seny (1882); Cosme de Son Blanc; Andreu Pons Soliveres de l’Havana (1891-1947); Llorenç Janer Vivetes (1902-1993); Josep Triay (1907-1983); Antoni Olives l’amo de Son Mascaró (1909-1981); Biel Cardona s’Arader (1914-2001); Joan Martí Al·lès, en Joan de Binifaïlla (1921-1997); Pedro Vinent Pons l’amo de Carbonell (1926-1996); Bartomeu Pons Florit, en Tolo de Santa Teresa (1929-2011); Cristòfol Llambies Alzina, en Tòfol de Binissequí (1936-2008); Pere Seguí Triay, en Pedro de Biniguardó (1936-2012); Miquel Ametller Caules (1937) y su padre, Miquel Ametller es Gallet; Jaume Janer (1947); Xec Morlà de Barbatxí (1938), o Esteve Barceló es Verderol (1946), entre otros. Entre los sonadores que los acompañan tenemos a Pau Mir Tripa; Nicolau de Santa Clara, Claret; Fermín Fullana Pons, en Fermín de Binicreixent, o Sebastià Gomila Martí, entre muchos otros.
En relación con la decadencia progresiva y la transformación del glosat a lo largo de la primera mitad del siglo XX, Aina Tur (2013) recoge el testimonio del hijo de un un glosador que participó en un glosat que tuvo lugar en Ciutadella en el año 1935, conocido como el Glosat d'El Mercantil, que explica: «Fou el primer glosat que es va fer dalt d'un escenari; abans es limitava als soterranis on venien vi, a les tavernes i al camp. Mon pare i un altre company van anar cercant glosadors de tot Menorca perquè hi participassin. Amb aquest glosat volien obrir la glosa al poble. Després d'aquest glosat d'escenari se'n van anar fent, però sense continuïtat. En record un que es va fer l'Any de sa Neu (1956) as Born, i un altre, l'any 1956 o 1957, a l'església del Socors. Llavors no se'n va fer cap altre fins a mitjan dels anys setanta, gràcies a la iniciativa del Col·lectiu Folklòric de Ciutadella».
Efectivamente, es a partir de la década de 1960 cuando esta expresión popular pierde fuerza y no existe renovación generacional, debido al abandono progresivo del campo, los cambios socio-económicos del momento y las consecuencias de la dictadura franquista: prohibición de la lengua catalana, censura cultural, cierre de locales y asociaciones culturales, acoso de la libertad de expresión y reunión, etc. La recuperación y expansión de la glosa y el glosat se producen entre las décadas de 1970 y 1990, en el contexto del resurgimiento de la identidad cultural propia menorquina que tiene lugar con la entrada en la democracia. Con motivo de la celebración en 1976 del Congrés de Cultura Catalana, el Col·lectiu Folklòric Ciutadella organiza un glosat público con el objetivo de retornarlo a la calle, donde hacía mucho que no se oían.
Este evento significó el inicio del camino de recuperación de la glosa en Menorca. En 1981 se crea un primer grupo de personas interesadas en recuperarla. En 1986 se realizan los primeros intentos por transmitir las bases del glosat a todas aquellas personas interesadas en aprender, a través de los cursos organizados por la Asociación de Vecinos Glosador Vivó. En 1995 se crea la Escuela Menorquina de Glosat que poco a poco contará con el apoyo de las administraciones. Será, pues, en la segunda mitad de la década de 1990 cuando se empiecen a formar la mayoría de glosadores actuales, todos ellos de la mano del maestro glosador Miquel Ametller Caules. Este proceso de recuperación de la glosa culmina en 1999, momento en que aquel primer grupo que surge a principios de la década de 1980 funda formalmente la asociación Soca de Mots. Desde entonces, se cuenta ya con una nueva cantera de glosadores que marcan un camino de expansión.
7. Descripción de los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que comporta
7.1 La glosa cantada.
Menorca tiene una larga tradición de contar historias en verso, a la manera de los romances, que ha pasado a formar parte del patrimonio musical y cultural de la isla. La glosa cantada menorquina es una composición poética oral e improvisada que tiene un mínimo de seis versos heptasílabos de rima consonante (la más habitual es abbaab, pero no es la única).
La improvisación es la principal característica de la glosa cantada, en la que se valora mucho la espontaneidad. Los versos suelen tener más de siete sílabas, pero se reparten en siete «caídas» o valores rítmicos. Normalmente los glosadores comienzan definiendo el final de la glosa y después improvisan el resto. Aunque no existe ninguna norma escrita, los glosadores tienen claro que las primeras palabras sirven para introducir el mensaje, los centrales lo desarrollan y los últimos se utilizan para responder al otro glosador.
Los temas de las glosas son prácticamente ilimitados, puesto que dependen del pensamiento de cada glosador. En las glosas más reivindicativas, si antes la crítica se centraba más en el poder eclesiástico y la jerarquía rural, actualmente la política y la lengua están muy presentes. En las de entretenimiento, hoy en día el sexo es un tema que se trata más a menudo y de forma más directa; además de otros temas recurrentes como turismo, feminismo, fiestas populares, hechos cotidianos, etc.
7.2 La tonada y los instrumentos.
La glosa cantada siempre lleva el acompañamiento musical de guitarra, pero ocasionalmente también pueden intervenir otros instrumentos, aunque es poco frecuente que esto ocurra.
La música sigue generalmente los patrones rítmicos y melódicos de la composición conocida como Ses porgueres, una tonada en tono menor que consta de cuatro frases melódicas. Entre el primero y el segundo verso del glosador, y también entre el segundo y el tercero, suele haber unos compases de espera. El ritmo parsimonioso y su construcción melódica –con una salida en lo alto de la tesitura y una serie de líneas descendientes de carácter sentencioso– le dan un sonido severo y trascendente, a pesar de que el contenido de la glosa pueda ser irónico y socarrón.
Por otra parte, los sonadores suelen añadir frases musicales durante el segmento solista entre las intervenciones de los glosadores y, además, siempre deben adaptarse a la tonada que proponga cada glosador, de modo que el patrón básico de la tonada se enriquece según la experiencia musical de los sonadores y sonadoras. Por tanto, el esquema básico de la armonía no es fijo y varía según la longitud de la estrofa y las preferencias melódicas de quien glose. En cuanto a la melodía, igualmente existen variaciones sobre la misma estructura, y también hay una melodía más aguda que se utiliza cuando se quiere hacer lucir más la voz. Se puede decir, sin embargo, que respecto a los testigos sonoros que nos quedan de glosadores de hace unas décadas, la melodía de la glosa ha tendido a estandarizarse y a disminuir la ornamentación que se aplicaba al canto.
7.3 El glosat.
El glosat (glosado) es el acto público en el que un número de al menos dos glosadores, sentados siempre alrededor de una mesa y al son de la guitarra, que se sitúa normalmente a la izquierda de los glosadores, se van alternando para cantar las glosas que van improvisando, en una suerte de enfrentamiento dialéctico en la que ponen a prueba el ingenio y la capacidad de respuesta rápida para rebatir los argumentos del otro.
En el glosat es habitual mantener un orden de intervención invariable a lo largo de la velada, y para determinar qué glosador comienza se tienen en cuenta diferentes variables, según el día y el acuerdo entre los glosadores: la edad, la procedencia (del pueblo donde se hace el glosado o de fuera) o la relación entre los glosadores (maestro-discípulo). Este orden de intervenciones actualmente se rige más por el carácter de cada glosador, según tengan más facilidad para abrir o cerrar un debate, y también por el rol que cada uno asuma dentro del glosado. Por otra parte, la estructura del glosado ha ido evolucionando con el tiempo, y hoy en día los glosadores suelen empezar con una glosa de presentación sobre el pueblo o la casa de donde están; la segunda glosa suele servir para dar las gracias al público por haber ido a escucharlos, y a partir de la tercera glosa los temas van surgiendo espontáneamente y, a veces, hacen alguna glosa a personas del público. Las últimas glosas suelen ser para despedirse cuando termina la velada. También algunas veces piden al público asistente sobre qué tema quieren oír cantar, y en otras ocasiones son los mismos glosadores quienes van haciendo propuestas.
El desarrollo del glosat viene determinado por múltiples aspectos, que van desde la forma de hacer propia y de las cualidades particulares de cada glosador, a la inspiración que tengan ese día, a los mismos sonadores, al hecho de cantar más o menos lejos del público o, incluso, al ambiente y la actitud que los espectadores puedan tener. Por otro lado, a lo largo de un glosat, se pueden realizar otras castas de rima y tonadas, como las codolades, que no son improvisadas sino memorizadas, o las xacres. Normalmente se aprovechan los descansos para recitarlas, rompiendo la rítmica de los glosados y comportando un descanso para las personas que participan en ellos.
7.4 Los espacios.
El espacio en el que se desarrolla el glosat ha sufrido cambios importantes a lo largo del tiempo. Antiguamente se hacían, sobre todo, en el entorno rural, en ocasiones de celebraciones colectivas, especialmente en las fiestas campesinas tradicionales, pero también en el entorno urbano en espacios como sótanos y tabernas.
Hoy se desarrollan principalmente en tres tipos de espacios: en escenarios y actuaciones públicas o formales; en casas particulares o casas de predios como parte de eventos familiares, y en los bares. Si el primer espacio fue esencial en el momento en que se revitalizó la glosa, cabe decir que los glosadores y las glosadoras de hoy en día no se sienten del todo cómodos en actos tan encorsetados.
Ellos mismos hacen la distinción entre el glosado espectáculo –es decir, sobre un escenario y en una actuación programada– y el glosado vivencial, de carácter más espontáneo y más cercano al público que le escucha. Por tanto, en su afán de huir de todo lo que les separe del público, prefieren actualmente los glosats que se organizan en casas de predio y en establecimientos privados, como por ejemplo los bares, que han tendido a aumentar estos últimos años.
7.5 La glosa escrita.
La glosa escrita es una composición del mismo tipo que la glosa cantada pero que ya no depende de la improvisación y que, en muchos casos, no termina siendo cantada públicamente. La glosa escrita también se llama «de cas pensat», «de colze» o «de camilla», ya que, a diferencia de las improvisadas, se escriben después de pensadas, y en ellas el glosador tiene la oportunidad de demostrar su dominio de los recursos literarios que utiliza para atraer la atención del lector. Por tanto, podríamos decir que se trata de una modalidad de glosa en la que se suelen glosar casos sucedidos, o bien inventados, y temas de actualidad, con las que se pretende a la vez entretener y aleccionar al receptor a través de las sentencias y las moralinas que de forma críptica se introducen en las composiciones.
Los orígenes de la glosa escrita están en la publicación de noticias en papel que después eran vendidas por las calles a modo de panfleto. En el caso de Menorca, hasta la década de 1960 es frecuente la difusión de noticias en una hoja suelta impresa en formato de glosa elaboradas por glosadores que no solían participar en los glosats, pero sí las escribían. Cuando se producía un evento destacable, éstos se encargaban de escribir lo sucedido, después se hacían copias y se vendían por la calle. Estas hojas se leían durante las veladas, por lo que se convertían en un buen método de transmisión de las noticias y un entretenimiento en sí mismo.
Muchas de las glosas escritas de antaño han sido recopiladas, publicadas y comentadas por el Col·lectiu Folklòric Ciutadella en varios números de la colección Quaderns de Folklore, una colección en la que también se pueden encontrar las glosas ganadoras y las finalistas de las diferentes ediciones del Premio Josep Vivó convocadas por la misma asociación en la década de 1980. En 2001, el Consell Insular de Menorca instituyó oficialmente el referido premio, y las glosas ganadoras y finalistas también se han ido editando en publicaciones posteriores.
Las glosas ganadoras de estas convocatorias, a la manera de los antiguos glosados «de cas pensat», versan sobre temas muy diversos, con ingenio y con un perfecto dominio de la rima, la métrica y los recursos estilísticos. Así, desde hechos como el temporal de noviembre de 2001 o la declaración de Menorca como reserva de biosfera hasta la alabanza de actitudes valientes ante la enfermedad o la muerte, pasando por los personajes o eventos más destacados de un año en concreto de la vida menorquina, quedan guardados para siempre en la memoria colectiva gracias a la aptitud de estos nuevos glosadores que, con un tono irónico y a la vez sentencioso, haciendo gala de una gran riqueza léxica y de expresiones genuinas de nuestra lengua, han demostrado tener buena mano para narrar historias en verso.
8. Identificación de los portadores y forma de transmisión
Antiguamente los glosadores no seguían un aprendizaje formal para formarse como tales y aprender a construir glosas, sino que era un arte que se transmitía oralmente, de padres a hijos, o de payeses a ayudantes al ser un elemento que se manifestaba principalmente en el ámbito rural. Cuando un chico tenía facilidad para improvisar rimas, los demás glosadores le animaban a asistir a glosados, donde iba aprendiendo a través de la escucha hasta que, un día, le invitaban a participar como glosador.
Sin embargo, los glosadores y las glosadoras actuales sí se han formado, generalmente a través de la Escuela Menorquina de Glosat promovida por la asociación Soca de Mots e impulsada por su promotor, Miquel Ametller Caules, que fue quien empezó a impartir talleres de glosa en los diferentes pueblos de Menorca y también en los centros escolares, acompañado a menudo por otro glosador, Esteve Barceló es Verderol, y por el sonador Antoni Pons.
Hoy en día, los glosadores en activo están mayoritariamente organizados en torno a la asociación Soca de Mots, legalmente constituida como una sociedad civil sin ánimo de lucro. Como tal, se rige por unos estatutos, tiene una junta directiva, y sus miembros se reúnen en junta general. Las tareas que lleva a cabo la asociación son muy diversas y van desde la organización de glosados, encuentros, intercambios y torneos; la formación en escuelas y talleres para jóvenes y adultos, o la investigación histórica y de la memoria viva de la glosa.
Los glosadores y sonadores actuales provienen de cualquier ámbito profesional. Tampoco existe distinción de edad ni de género. Cabe decir que, aunque antiguamente había más glosadores que glosadoras, ya que culturalmente no era habitual y, además, no estaba bien visto que frecuentaran los lugares donde se hacían los glosats (sótanos, tabernas...), históricamente eran ellas las que transmitían las glosas oralmente en el día día, ya que las iban repitiendo mientras realizaban tareas domésticas o las recitaban en las veladas en las que se reunía la familia.
Todos ellos, sin embargo, glosadores y glosadoras tienen un denominador común: una agilidad mental (innata o fruto de la predisposición para adquirirla y ejercitarla) que, además de permitirles crear versos de forma improvisada, les dota de una elocuencia y una agudeza sorprendentes.
9. Elementos materiales e inmateriales vinculados al bien
Los elementos materiales vinculados al bien son los instrumentos musicales que se utilizan para interpretar la tonada que acompaña a los glosados, especialmente la guitarra.
En cuanto a los elementos inmateriales destacamos:
a) Los conocimientos técnicos relativos a la rima y la construcción de versos rimados.
b) La habilidad para improvisar versos rimados.
c) La habilidad de los sonadores para adaptar la melodía a la tonada de cada glosador.
d) El vocabulario propio del arte de glosar, formado básicamente por la siguiente terminología:
Acudit: Motivo o mensaje de la glosa, que se sintetiza en els dos últimos versos.
Asunto: Tema sobre el que versa una sesión de glosat, o un fragmento de çésta. En un glosat se pueden tratar diversos asuntos. // Dramatización en glosa en que diferentes personajes explican una historia o discuten entre ellos representando roles estereotipados.
Caiguda: Cada una de las sílabas que forman un verso (en castellano, caída).
Codolada: Composición poética de tono popular en que se combinan alternadamente los versos de ocho sílabas rimando con versos de cuatro o cinco sílabas, y antiguamente tambien rimaban versos de siete con versos de tres sílabas.
Glosa: Composición poética oral e improvisada de un mínimo de seis versos heptasílabos normalmente de rima consonante. La rima más habitual es abbaab.
Glosa cantada: Composición improvisada, con la métrica y la rima de la glosa, acompañada per la tonada de guitarra y entonada por los glosadores acordes con la música.
Glosa de cas pensat: Composición del mismo tipo que la glosa cantada pero que no depende de la improvisación y que no suele cantarse públicamente. Se llama así porque se escribe después de pensarla, de modo que el glosador puede mostrar su dominio de los recursos literarios. También se llama glosa de colze o de camilla.
Glosa de camilla: Nombre con el que también se conoce la glosa escrita.
Glosa de colze: Nombre con el que también se conoce la glosa escrita.
Glosa vestida: Glosa en que cada verso tiene sentido en su conjunto y que tiene un contenido coherente, dentro del mismo capo semántico.
Glosador/a: Persona que practica el arte de la glosa improvisada, ya sea por imitación (transmisión natural) o por aprendizaje de la mano de otro glosador o en una escuela de glosat.
Glosat: Acto público en que un mínimo de dos glosadores y un sonador, alrededor de una mesa y al son de la guitarra, se van alternando cantar les gloses que improvisan, a modo de enfrentamiento dialéctico en el que ponen a prueba el ingenio y la capacidad de respuesta rápida para rebatir los argumentos del otro.
Mot: Cada uno de los versos que componen una glosa.
Palla: Versos que sólo sirven de relleno.
Papers de glosa: Glosas escritas publicadas en papel a modo de panfleto, a través de las cuales se difundían noticies y hechos destacados. Estos papeles antiguamente se vendían en la calle.
Porgueres, ses: Nombre de la la tonada que acompaña la glosa menorquina improvisada.
Reble: Versos que solo sirven de relleno.
Rodada: Cada una de las vueltas de intervención de los glosadores en un glosat.
Sonador/a: Músico que acompaña a los glosadores en las sesiones de glosat interpretando la tonada de Ses porgueres con la guitarra.
Tonada alta: Tonada aguda.
Xacra: Pareados que se hacían en un ruedo, con una melodía sencilla, en que el público repite los versos. Para cantarla tienen que ser un mínimo de tres para formar una glosa, aunque pueden ser más. El primero marca la rima con dos versos heptasílabos, y los siguientes construyen sus dos versos consonantes con los dos primeros. A continuación empieza la canción el segundo del ruedo y el primero la acabará, y así sucesivamente hasta que todos han empezado y acabado la xacra. El tema no tiene por qué tener continuidad y normalmente tiende al humor disparatado, para provocar la risa o como diversión.
10. Estado de conservación del bien
En estos momentos la glosa y el glosat gozan de buena salud, sobre todo si se compara la situación actual con la de tres o cuatro décadas atrás, y parecen perfectamente viables a corto plazo, aunque su historia muestra que, junto a períodos de esplendor, ha habido también momentos de declive que les han llevado al borde de la desaparición. También puede decirse que gozan de buena salud en cuanto a sus practicantes, ya que las hay de todas las edades, pero no tanto en lo que se refiere al público, por lo que habría que cuidar este aspecto.
10.1 Riesgos y amenazas.
Gran parte de la cantera de glosadores y glosadoras actualmente en activo empezaron a introducirse en el mundo de la glosa de la mano de Miquel Ametller Caules, con lo cual, al tratarse de un aprendizaje con un único maestro, al principio los referentes se vieron reducidos en exceso, carencia que ha sido superada por los practicantes más jóvenes, que buscan otras fuentes de las que nutrirse.
Por otra parte, la glosa ha dejado de enseñarse de forma espontánea porque ha perdido el entorno en el que se originó. Sin embargo, la escuela de glosa ha proporcionado un nuevo espacio en el que se han despertado las capacidades para la poesía improvisada de la mayoría de glosadores en activo, convirtiéndose en un instrumento crucial para que los viejos glosadores pasen el testigo a los glosadores del futuro.
Cabe decir, también, que en estos momentos la glosa vive un momento de transformación a raíz del proceso de globalización vivido en otros territorios, como el País Vasco, Cuba, Cataluña, Galicia, etc., que los propios glosadores perciben como uno elemento positivo, seguramente clave en el resurgimiento de la glosa, pero a la vez ven este proceso como una amenaza, con el miedo a que se pierdan los rasgos más característicos de la glosa menorquina.
Asimismo, otro riesgo observado por la comunidad portadora es que el público que asiste a las sesiones de glosa no se ha renovado suficientemente, sigue siendo un público de media de edad de más de cincuenta años, y es muy difícil entrar en el sector más joven de la población, que no suele asistir a estos actos.
La glosa menorquina, como todo patrimonio cultural inmaterial, está amenazada del peligro de una excesiva folklorización o encasillamiento en sus funciones, actualmente de entretenimiento y antaño de medio de información, ya que hoy en día existen muchos otros medios, tanto de ocio como de información, que son muy potentes y con los que difícilmente la glosa puede competir. Por tanto, actualmente la glosa debe verse como un elemento con muchas otras funciones: crítica, terapéutica, lúdica, pedagógica, etc.
Por otra parte, la comunidad portadora también considera un riesgo importante la autocensura que puedan imponerse los propios glosadores en el sentido de no empezar algunos temas concretos según el público asistente, o esa misma censura impuesta por la organización del acto o por otras circunstancias, ya que esto puede afectar al espíritu crítico que es inherente a la glosa y nunca debería acotarse.
Finalmente, la glosa sufre la misma amenaza que el resto de manifestaciones en lengua catalana, tanto en lo que se refiere a la disminución del uso social de la lengua como al empobrecimiento léxico y sintáctico del catalán, especialmente entre los hablantes más jóvenes, y que pueden acabar afectando a la manifestación en sí.
10.2 Medidas de salvaguarda.
Los glosadores se han organizado en torno a Soca de Mots, asociación que aglutina tanto glosadores como sonadores. Entre las actividades que lleva a cabo Soca de Mots destacan las sesiones de glosa, algunas de las cuales organiza directamente, pero sobre todo a través de diferentes entidades culturales y cívicas de la isla, por todos los municipios de Menorca; los talleres de glosa que ofrece en las escuelas y en los institutos, promovidos por el Consell Insular; la creación, también con el apoyo de las administraciones, de la Escuela Menorquina de Glosat, y su participación en diversas muestras internacionales de poesía improvisada organizada tanto en las Islas como en diferentes lugares de la Península y en otros lugares como Portugal, Argentina, Cuba, Islas Canarias, etc.
El trabajo de este colectivo ha hecho posible que la glosa menorquina esté presente hoy en la mayoría de las programaciones culturales de entidades y municipios de la isla y también en encuentros de ámbito internacional y académico como la Universidad Catalana de Verano en Prada de Conflent donde, desde hace unos años, se imparten talleres y se ofrecen actuaciones de verso improvisado que generan gran expectación.
La tarea que han llevado a cabo los miembros de Soca de Mots para divulgar y preservar la glosa ha hecho posible, además, que su actual auge no responda al interés por convertir en espectáculo esta manifestación de nuestra cultura popular. Es loable su capacidad de modernización, no en el sentido de cambiar ritmos o estructuras de la manera de glosar, sino en el sentido de hacerlo atractivo y vivo, para animar a jóvenes y no tan jóvenes a introducirse en un arte que combina la música, la palabra, el diálogo y el ingenio a través de los cursos y talleres que promueven en toda la isla. Una generación de nuevos glosadores es sin duda la mejor garantía de su continuidad futura.
Por otra parte, está la labor del Colectivo Folclórico Ciudadela que, desde 1979, publica la colección Quaderns de Folklore, que ha tocado los principales temas de la cultura popular menorquina, convirtiéndose en la serie más importante de investigación y divulgación de la isla en este ámbito. Dentro de la colección, tiene un espacio muy importante la glosa escrita, de la que se han publicado numerosos volúmenes, con glosa antigua y actual, que recogen los trabajos presentados en los concursos convocados por la propia asociación y por el Consell Insular de Menorca a lo largo de los últimos años.
En cuanto a las medidas de salvaguarda tomadas por la Administración, cabe decir que el Consell Insular de Menorca convoca, desde el año 2001, el Premio Josep Vivó de glosa escrita, dotado actualmente con 1.000 euros, y cada año organiza, con motivo de la Diada del Pueblo de Menorca (fiesta de San Antonio), el Glosat de la Diada, en cuyo marco se da a conocer el ganador del Premio Josep Vivó de cada año. Asimismo, todas las instituciones oficiales suelen organizarse glosats en fiestas destacadas de cada pueblo.
Además, el Consell Insular de Menorca, dentro de su programa de talleres escolares «Salut Jove i Cultura», ofrece un taller de glosa dirigido especialmente al alumnado de 6.º de primaria y 3.º de secundaria, con el fin de introducir y difundir este género entre la población escolar.
10.3 Protección jurídico-administrativa.
– Ley 18/2019, de 8 d’abril, de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Illes Balears.
– Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de Menorca (Ipcime), código 3/002.
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